jueves, 6 de abril de 2017



CAPITULO OCTAVO



Salimos a la calle, la noche  ya se expandía por los rincones del Raval tapando miserias, encendiendo colores cegadores de escrúpulos. El barrio era un caldo de cultivo de malos pensamientos en el que ruido, humo y luces oficiaban de anfitriones. Caminamos por calles donde pequeños grupos de negros de apariencia ociosa vigilaban nuestro interés.

Paquete al pasar cerca de uno de los grupos escupió en el suelo y les miró, retándoles. Uno de los negros se separó ligeramente del grupo y piso el escupitajo. Otro de ellos le cogió del brazo, se lo llevó y le dijo algo, sonriendo. El que había pisado el escupitajo soltó una breve carcajada sin mirarnos.

-Aquí los tienes, esos son los nigerianos que trabajan el mercado de la heroína -dijo Paquete, -tienen buen caballo a precios de mercado, lo trabajan directamente del mayorista.

-¿Y la policía no les detiene?.

-Esos no llevan la droga encima, si alguien se declara comprador y después de valorarle deciden hacer el negocio le llevan hasta el lugar donde tienen escondida la droga, normalmente un piso de la vecindad, le ordenan que espere en el portal y se la bajan. En alguna ocasión un policía puede hacerse pasar por comprador y trincar al negro con la mierda en la palma de la mano. ¿Y que tienes?.

-A un negro con la palma de la mano llena de mierda.

-Eso es, un negro con la palma de la mano llena de mierda, al que trincas, lo encierras y en la esquina hay doce negros esperando tomar su lugar. Y si los trincas a todos, en la próxima descarga de emigrantes viene el relevo. Pero los políticos están encantados, hasta los más miserables tienen que vivir en algún sitio, es una forma como otra cualquiera de dinamizar la construcción y cobrar buenas comisiones, probablemente sea la más rápida. Alguien ocupa los pisos más baratos, sus habitantes optan, aunque sea a golpe de crédito duro a otro piso en algún lugar más decente de la ciudad. Él que vivía allí, coge el dinero se busca otro crédito y se va al Ensanche. El del Ensanche coge el dinero se marca otro crédito y se traslada a la Villa Olímpica. Y los bancos encantados hasta que llega el tío Paco con la rebaja y nos vamos todos a la miseria. Y hay que joderse como se pone la Prima de Riesgo. Y toda esa gente también come. Aunque, si hemos de ser sinceros, eso no es demasiado negocio para el país, normalmente comen lo que les da beneficencia.

-Te has dejado una, en el capitulo de la construcción.

-¿Cuál?.

-De vez en cuando hay que construir una cárcel nueva debido a que las antiguas ya están llenas y eso también dinamiza la construcción.

-Complicado, los vecinos se quejan si les montas un asilo de chorizos en la esquina de su casa, es mejor dejar salir a una buena manga de ellos y hacer sitio en las viejas.

-No me imaginaba ver a los vendedores de heroína en esta calle, me habían dicho que se ponían en la calle de Las Egipciacas y los jardines de la Escuela Masana.

-Eso fue al principio, pero la calle de Las Egipciacas ahora está llena de cámaras de seguridad. Entre la Biblioteca de Cataluña y el Instituto de las Ciencias la han convertido en una calle respetable y en los jardines tampoco conviene, alguien ha conseguido el permiso para montar un bar con ciertas pretensiones de diseño. Restaurante elegante, por las noches hay actuaciones en directo, a la gente le gusta, no estarían demasiado a gusto con los negros vendiendo heroína entre las mesas, así que ahora rondan por los alrededores. Como puedes ver no se han ido demasiado lejos, al cliente se le han dar las facilidades que sean necesarias.

-¿Y siempre son nigerianos?.

-Básicamente, al menos por lo que hace referencia al comercio de droga dura barata.

-¿Es ese su negocio?.

-Uno de ellos, en realidad los nigerianos son los reyes de la estafa. Por lo que respecta a las estafas, en todos los países del África Negra son bastante aficionados a practicarlas, sin embargo también son los nigerianos los que se llevan la palma, ¿conoces la gama de estafas que practican?.

-No.

-Te las contaré cenando, ya estamos llegando al palacio de la bazofia.

-Bueno, hombre, no será para tanto.

-No, en realidad se come bastante bien.

Habíamos cruzado por la calle Robadors y San Ramón, allí tres putas que no hacía mucho aun eran adolescentes, -sin que ello negase su condición de putas- y pronunciaban con mayor soltura “mamada” que “cariño”, probablemente porque la “r” a muchas de ellas se les atraganta, me habían jurado amor eterno durante diez minutos si estaba dispuesto a compartir una parte de mi fortuna con ellas. Mezcladas con las jóvenes, veteranas que habían transitado por tantos cuerpos que ni siquiera necesitaban mirar dos veces para decir con asombrosa exactitud tu peso, hacían lamentables esfuerzos para seguir seduciendo a quien tuviese dinero para ayudar a pasar el mes.

-¿Esas también mantienen a un chulo?,-le pregunte a Paquete señalando a una anciana de minifalda varicosa que paseaba tratando de no mostrar sus dificultades motrices. La pregunta era retórica, no necesitaba que nadie me informase. Si vives en El Raval, aunque sea por referencias, conoces vidas y milagros de más de una puta, se trataba de concederle a Paquete el rol de experto. En otro sentido la opinión de aquel tipo tan peculiar podía ser interesante. Su respuesta fue tan contundente como esperaba.

Se encogió de hombros antes de responder: -hay chulos que también están muy jodidos, tanto como las pocas putas que les quedan, algo de dinero tiene que llevar para visitar a los negros de ahí detrás. Piensa que en sus tiempos mozos, cuando eran guapos y matones lo de las mafias era algo poco operativo, se era hijoputa a titulo personal, y una multinacional del crimen era algo que solo podías ver cuando la destruía Robert Mitchum en la pantalla del cine Diana de la calle de Las Tapias, mientras escuchaban como en la fila de atrás una puta y un posible cliente regateaban el precio de una paja. ¿Tú conociste el cine Diana?.

-Si, pero solo por fuera, era muy niño para que alguien me hiciese una paja mientras Robert Mitchum se cargaba a los malos. Así que pasaba por delante y soñaba con placeres exóticos.

-Era muy educativo, mientras veías a Lana Turner seduciendo a Orson Welles podías escuchar la voz de uno de los pocos clientes interesados en la cinematografía quejándose: “venga ya, joder, no puedes hacerle una rebaja, se la machacas y nos dejáis ver la película de una puta vez”.

-Venga Paquete, tú tampoco tienes la edad suficiente para que te dejasen entrar en El Diana.

-Claro que la tengo, además me encantaba Lana Turner, -lo dijo sonriendo y aceleró el paso para evitar mi respuesta.

El local donde según Paquete podías comer con la seguridad de que no ibas a resultar envenenado, era pequeño y más limpio que alguno de sus clientes. En alguna ocasión había pasado por delante, incluso había pensado en entrar, pero había archivado la decisión en el rincón de mi cerebro dedicado a asuntos de alta prioridad pendientes de ejecutar sin prisas.

Paquete me señaló una mesa desocupada vecina de otra donde cuatro tipos jóvenes comentaban en voz baja algo que al parecer era de la mayor trascendencia. El ex policía los señaló y sin alterar lo más mínimo el tono de voz me informó: -esos cuatro son antisistemas, probablemente salidos de la Universidad, que están tratando de encontrar la manera más adecuada de arreglar el mundo a pedradas en los escaparates. Cuando le dan a una tienda de moda se sienten como el Che Guevara, si la luna que acaban de romper pertenece a una oficina bancaria, nadie les quita de la cabeza que son los herederos del Chacal. Si les quitas las piedras corren a buscar el spray, si les quitas el spray le lloran a mamá, le cuentan lo malos que son los policías de este país. En ocasiones les acompaña uno que es de la facción dura, es posible que este no haya pisado una universidad en su vida, es de los que ha sufrido los males de nuestra sociedad desde pequeño, es de los de primera línea cuando hay hostias. De esos los hay y buenos, no te creas, acostumbra a ser un rapao con más tatuajes que pelos en los cojones, esos no pisan la universidad si no es para ponerle una bomba. Ellos, al menos mientras no entran en la vida política más convencional lucen de ese palo, si suben de categoría se pasan al traje y la corbata por el bien de la nación y de sus anhelos revolucionarios y ya pueden dedicarse a robar, construirse una casa con vidriera y vigilar que ningún hijo de mala madre, cargado de la misma adrenalina que tenían ellos, se la rompa de una pedrada.

-¿Qué tienes tú contra la Universidad?.

-Lo mismo que contra las Olimpiadas, nada. Pero de la misma manera que en las Olimpiadas hay gente que se ha estado machacando todo el año y va a ganar la gloria o al menos a intentarlo, hay otros que bien por saber que la gloria no está a su alcance, bien porqué son así, lo que más les interesa en pillar alguna noche de juerga en la Villa Olímpica y follarse a la gimnasta checa menos dotada para la competición pero con las tetas más grandes. En la Universidad los hay que van a conseguir su ilusión o al menos ha asegurarse una carrera que les permita forrarse cuando salgan al mundo, pero también los hay que lo único que hacen es quemar calorías protestando por cualquier cosa, tentando cualquier ideología o probando cualquier sustancia que se esnife, se chupe, se inyecte, o se mame. Muchos de ellos son niños de papá con más aspecto de creadores que capacidad para crear.

-Hay que joderse Paquete, ves el mundo como un basurero.

-Jodete tú, hermano, eres el que pregunta.

-OK. ¿Hoy no está el duro?.

-No, hoy no está. A ese le tengo echado el ojo, y él a mí, pero sabe que con esos cuatro pringaos no puede contar, esos son de los que te insultan desde lejos y luego corren, así que el rapao le va dando tiempo al tiempo, y yo a él. Algún día nos encontraremos. Bueno, eso a ti no te interesa.

-Solo como cultura general, a mi lo que me interesa es la lencería de señora, especialmente si está esparcida por el suelo a los pies de mi cama cuando me despierto por la mañana. Yo soy de los que si pueden se pasean por la Villa Olímpica a ver que pillan.

Si los cuatro tipos escucharon las palabras de Paquete, que en algún momento había levantado la voz lo suficiente para que le oyeran, tomaron partido por la prudencia y siguieron con sus cuchicheos. Un buen revolucionario lo primero que aprende es que hay que andarse con ojo cuando el vecino te puede forrar a hostias. Y era evidente que Paquete lo deseaba tanto, como ellos hacerse con un lugar en la historia.

-Déjalo, no me interesan en absoluto tus proezas sexuales. Vamos a lo práctico: mira aquí se come bien siempre que te gusten las pizzas, las empanadas, las tortillas, cosas así, no te molestes en pedir nada demasiado elaborado.

En una mesa del fondo tres muchachas de aspecto elegante comentaban algo entre risas coquetas mirando a la mesa donde los cuatro conspiradores escogían, según palabras de Paquete, el mejor escaparate para arreglar el mundo a pedradas.

-¿Y esas?, -señalé a las tres jóvenes.

-No las conozco, pero está claro, tres niñas pijas que han venido a darse una ducha de suciedad por estos barrios. Quizás liguen con los revolucionarios y luego le podrán contar a las amigas lo atrevidas que son. Quizás se atrevan a intimar con alguno de ellos, más que nada para que la amiga más pacata se muera de envidia. Hasta es posible que alguna de ellas se contagie del espíritu revolucionario por vía vaginal.

-Buen método.

-Si, muy tentador. Ofrece la posibilidad de intentar reconducir al revolucionario a la vida convencional, casarse de blanco y divorciarse con honores después de engendrar un par de bebés. Y a ellos les proporciona la excusa para dejarse de aventuras y entrar de pasante en un bufete de abogados y dedicarse a apañar divorcios Express, y si hay suerte, durante un tiempo, follar un par de veces a la semana.

-O sea que aquí tenemos de todo.

-Casi de todo. Lo que no verás en este local son profesionales, el puterio está prohibido.

-¿Qué pasa, no las dejan entrar?.

-Eso es, el dueño se casó con una y comprobó en carne propia aquello de que la cabra tira al monte y las putas a la cama y cobrando. Y ahora no quiere saber nada de cabras ni de putas.

Nos sentamos y pedimos la comida a una camarera que tenía una boca preciosa salpicada de unos dientes feos que mostraba profusamente en sonrisas gratificantes. Nos aseguro que el quiche Lorraine estaba buenísimo, lo había hecho ella misma.

Paquete dijo: -bueno, pues eso y tortilla de calabacín. Pon también unas empanadillas.

La chica nos deslumbró con una nueva exposición de dientes feos y marchó a la cocina.

-Bien, ¿continuamos con lo nuestro?.

-Por favor.

-¿Dónde habíamos quedado?.

-Creo que en las estafas de los nigerianos.

-Si, son los amos. No sé si en su país las hacen, imagino que si, pero en Estados Unidos esas estafas ya corrían por Harlem en los años veinte, quizás las inventaron los negros americanos, pero lo dudo. Muy pocos negros americanos regresaron a África y los cuatro chalados que lo hicieron diciendo que querían regresar a sus orígenes, se volvieron con la cola entre las piernas diciendo que allí olía mucho a rinoceronte y que a los orígenes les podían dar por donde amargan los pepinos. Por el contrario desde el África llegaron a America muchos negros y no precisamente en camarote de primera. Vete a saber, yo solo te puedo contar lo que hacen y como lo hacen. La cuestión es que desde el invento de Internet se las han ingeniado para multiplicar por unos cuantos miles la eficiencia de las estafas, antes era una cosa artesanal y de poco calado, actualmente con el dichoso invento de Internet puede llegar a ser una fuente de ingresos de cierta importancia, motivo por el cual la mafia se ha interesado por las estafas y las tiene en su catalogo, aunque no en un lugar preferente, en mi opinión es una muestra de respeto hacia las tradiciones identitarias.

El sentido del humor de Paquete me estaba resultando convincente.

Si es que en realidad aquello era sentido del humor.

El quiche Lorraine estaba realmente bueno.

Y no había ningún diente feo dentro.

Paquete comenzó a explicarme la manera en que los nigerianos han convertido la estafa en una obra de arte. Yo había oído hablar de ello pero nunca me había encontrado con un estafador nigeriano ni con su victima, así que el tema me interesaba.

-Las victimas de la estafa reciben un correo electrónico, antes el medio era el correo postal o el teléfono, pero eso prácticamente ha desaparecido, la informática es rápida, difícil de detectar en origen y permite envíos masivos de cebos.

-¿Hay más de un cebo?.

Muchos, aunque básicamente sean los mismos, se trata siempre de explotar la avaricia humana. Una de las estafas es contar que eres un africano rico, en ocasiones una compañía petrolera, una empresa propiedad de un político corrupto, -no sienten el menor pudor para hacer gala de su condición de corruptos- un opositor al régimen en el poder etc., que necesita sacar dinero, mucho dinero, del país y te propone que le des tú número de cuenta para traspasar allí su dinero, tú recibirás un diez por ciento como muestra de agradecimiento. Si te interesas y respondes a su mail, para acabar de convencerte te envían documentos con muchos sellos oficiales profusamente coloreados, por supuesto todos ellos falsos. Entonces te cuentan que ellos no disponen de efectivo, su dinero está en una o varias cuentas y que por motivos políticos o familiares no pueden sacar nada de allí, están vigilados, así que necesitan les envíes una cantidad que será más o menos modesta según el grado de interés que estés mostrando, son muy buenos detectando el grado de estupidez de la victima. Te explican, apoyándose en los documentos enviados y en su inventiva, que necesitan el dinero para sobornar a un funcionario, político, policía etc. que desbloqueará la transferencia del dinero a tu cuenta. Esa cantidad por supuesto te será devuelta junto con tu diez por ciento en cuanto la transferencia haya sido hecha. Si picas jamás verás ni el préstamo ni la transferencia.

-¿Y la gente pica?.

-Coño, ¿no hace cien años que aquí estamos picando con el tocomocho?.

-Ya.

-Espera, te cuento algunas variantes de la misma estafa: Te regalan un animal especialmente valioso por no poderlo atender, la página a través de la cual te llega el anuncio pasa por ser una residencia de animales o algo parecido. Si picas, inmediatamente recibes una notificación, por supuesto falsa, del aeropuerto desde donde va a salir el animal rumbo a tu casa, en ella te piden una cierta cantidad de dinero, no mucho, como gastos de envíos o cualquier otra chorrada. Al tiempo te cuentan como se va a producir el envío. Una vez has pagado, a los pocos días recibes otra notificación, en este caso de un aeropuerto distinto en el que se te comunica que a causa de un error se ha recibido allí tu animal. Por supuesto debes hacerte cargo de los gastos de envío si quieres recibirlo. Y así una y otra vez hasta que te das cuenta de que te han tomado el pelo y ya no envías más dinero. Para ellos entonces has dejado de existir, ya se trata de cazar a otro mirlo blanco.

-Tiene su gracia, Paquete, al menos no hacen otra cosa que jugar con la credulidad de la gente, su codicia y falta de escrúpulos.

-Si, claro, son gente simpática esos nigerianos. Pero ahora te contaré algo que no te hará tanta gracia: en las estafas importantes pueden llegar a invitarte a que vayas al país africano desde donde se han puesto en contacto contigo, así comprobar la veracidad de lo ofrecido. O pueden apelar a tus sentimientos humanitarios para que vayas a ayudarles, conocer a la persona a la que estás ayudando. Una vez allí eres secuestrado y son tus familiares los que reciben noticias suyas, evidentemente pidiendo dinero. Se han dado casos de asesinatos en la persona del estafado.

-Joder con los nigerianos.

-No, no son solo nigerianos, ellos son los más activos, pero ese tipo de estafa la llevan a término la mayor parte de los países africanos, incluyendo a países mejor considerados que los clásicos que los representantes del África Negra, por ejemplo los sudafricanos. Todos ellos últimamente han abierto sucursales en las principales ciudades europeas y los envíos los hacen desde aquí. ¿Te suenan Madrid y Barcelona como ciudades europeas?.

-¿Aquí los tenemos?.

Paquete se encogió de hombros y continuó con su explicación -A partir de aquí hay un buen número de estafas que son simples variantes de las que te he expuesto, está la del premio de lotería a la que nunca ha jugado la victima. Ya sé que hace falta ser capullo para picar pero fíjate si ha caído gente en esta historia que el Organismo de Loterías y Apuestas del Estado, aquí en España, en su web advierte de que este tipo de estafa se está practicando en la Red y que no se hacen responsables de ninguno de estos avisos de premios.

-Dios Santo.

Paquete parecía haberse olvidado de mi, seguía hablando.

Luego tenemos la del pariente desconocido que te deja la herencia, o la del prisionero español en una cárcel de vete a saber donde y que necesita ayuda para poder ser liberado, también la de la compra de un coche o un móvil por Internet, la de la compra de cualquier cosa y el recibo de una cantidad superior al importe de la venta, con lo cual debes abonarle la diferencia, cualquier cosa que se pueda comprar y vender es susceptible de ser el gancho a través del cual funcione la estafa nigeriana.

-Pero bueno hombre, si recibes una cantidad superior a la que ellos te piden, ¿dónde está el problema?.

-El problema reside en que tú recibes, con cualquier excusa, por ejemplo un pago que ellos deben hacer a un ciudadano español, una cantidad superior al importe de la venta y…

-No te entiendo, Paquete, ponme un ejemplo.

-Bien, tú pones en Internet un anuncio a través del cual quieres vender tu coche viejo. Pides dos mil euros por él. Al cabo de un par de días recibes un mail amabilísimo en el que un fulano desde Alemania, por decir un país que merezca confianza, te notifica que está muy interesado en comprar tu coche. Acepta pagar los dos mil euros sin el menor regateo. Te dice también que el no puede venir a España de forma inmediata a recogerlo y pagarlo. Lo hará más tarde, pero entiende que tú necesites tener la seguridad de que la transacción se va a llevar a cabo, por tanto lo pagará de inmediato. Te propone el envío, a través de un talón bancario. de una cantidad de dinero superior a los dos mil euros, ya que en una de sus transacciones tendrá que pagar el resto a un comprador español, así con este envío arregla los dos asuntos de una tacada. Evidentemente tú debes reembolsarle la diferencia mediante una transferencia. Te dice que confía plenamente en ti, ambos sois caballeros y no hay motivo para sospechas. Como eres muy listo piensas que primero tienes que ver su talón para hacer la transferencia por la diferencia y luego ya veremos.

-Claro.

-Y lo ves. El talón llega al banco. Y, si eres un tipo honrado, haces la transferencia con el reembolso convenido. Pero lo que no sabes es que el sistema bancario europeo permite que durante un plazo que va de los quince a los veinte días, dependiendo de cada país, el dueño del talón, quien lo ha firmado y enviado, puede retirar aquel dinero sin dar explicaciones y sin que hayas dado permiso. Sin embargo has hecho una transferencia que es cobrable al momento, tu dinero ya ha sido retirado, mientras tú solo tenías constancia de que el talón prometido había llegado a tu cuenta. Y te han jodido porque en cuanto tienen tu dinero ellos cancelan el talón.

-Muy ingeniosos, los chicos.

-Si, pero hay una estafa que es especialmente ingeniosa, más que esta, mucho más. Se trata de que la victima reciba un mensaje del Estado Nigeriano en el cual se le comunica que por haber sido victima de la estafa nigeriana, el gobierno te compensa con un reembolso que puede llegar hasta los quinientos mil euros. No importa que la futura victima no lo haya sido hasta aquel momento, la codicia hace que pique. Le proporcionan el contacto con un funcionario, -por supuesto falso, aunque vete a saber-, del Gobierno nigeriano quien le informará del depósito que debe ingresar en una cuenta como gastos de tramitación, piden alrededor de seiscientos euros. O sea una verdadera ganga.

No pude evitarlo, me eché a reír, la tentación de pasearme por el lado gracioso de la cuestión fue demasiado grande.

Paquete no me acompañó en la diversión.

-Mira, capullo, te voy a quitar las ganas de reír de una vez: desde hace un tiempo en la Red han aparecido los “Scam Baiting”, son lo que podríamos llamar caza estafadores. Gente que se fabrica en la Red una personalidad ficticia y se presentan como carnaza para los estafadores. A mitad de proceso, cuando llega el momento de soltar la pasta se despojan de la careta y se burlan de ellos, les dicen que mientras han estado tratando de estafarles han perdido un tiempo precioso para llevar a cabo una estafa exitosa. Pero esta actividad debe llevarse a cabo con exquisito cuidado para que los estafadores no puedan localizar la verdadera identidad del “Scam Baiting”. Ya se conocen dos casos que han acabado en asesinato, ¿qué te parece, es para tomárselo a broma?.

No le respondí, en primer lugar porqué la respuesta era obvia, aquello no tenía la menor gracia, y la segunda porqué en aquel momento tuve una asociación de pensamientos curiosa. Me acordé de Abdoulaye Bassara Bassara, a quien Lena le asignaba el rol de chulo de putas.

Yo, en aquel preciso momento ya no lo veía tan claro.

-Paquete, ¿conoces a un tipo que se llama Abdoulaye Bassara Bassara?.

-No, y prefiero no conocerle, ¿te debe dinero?.

-No, pero es nigeriano y en su casa tiene una excelente dotación informática por lo que me han contado, va siempre muy bien vestido y no parece trabajar en nada concreto.

-O chulo de putas o Oga.

-¿Qué dices?.

-Que el tipo o es un chulo de putas, mujeres llegadas de su país o se dedica a la estafa nigeriana, probablemente sea un Oga.

-Me pierdo, Paquete.

-Si hombre, esa gente están tan bien organizados como en cualquier mafia. Los tipos que hacen el trabajo de base se llaman Guy, envían grandes cantidades de mails a boleo, a ver quien pica, hacen el primer contacto, cuando este se produce y parece tener posibilidades le pasa el Mugu a un Oga.

-¿Y que coño es un Mugu?.

-El tonto, el que va a pagar el pato.

-La victima, vaya.

-Ellos prefieren llamarle tonto. Yo también, en eso coincidimos.

-Y entonces el Oga…

-El Oga controla a varios Guys y se encarga de hacer el trabajo fino, es lo que podríamos llamar el Director Comercial o el vendedor estrella.

-Pero el Oga tiene un jefe.

Por supuesto, el Oga no deja de ser un empleado, lo mismo que el Guy. Ellos tienen sus padrinos como en cualquier mafia, es posible que su jefe este en Madrid o en la Costa del Sol, más bien en Madrid si hablamos de africanos. Aunque tampoco sería descartable que estuviese en la misma Nigeria o en Suiza, es difícil de saber. Internet permite sofisticar la estructura de una manera que antes no era posible.

-O sea que los amigos africanos le dan al marketing como si hubiesen estudiado en Yale.

-Le dan a todo, cuando tratan con gente de cultura limitada en muchas ocasiones recurren a la magia. Desde tiempos inmemoriales están usando la estafa del dinero que crece.

-No me jodas, dinero que crece.

-Si hombre, es una estafa para que piquen los idiotas, pero el mundo está lleno de idiotas, así que no deja de ser rentable.

-Cuéntamela para que en una de esas no me conviertan en un idiota.

-No te tengo por el tipo más listo del mundo, pero estoy convencido de que en este cebo no picarías. Funciona de la siguiente manera: en ella el Oga y el Guy trabajan en contacto más estrecho que en otras ocasiones, el primero ejerce de mago y el otro de su ayudante. El mago es quien hace funcionar la caja mágica, una caja en la que el dinero se duplica a través de una ceremonia secreta. En realidad, como puedes suponer, es una caja de doble fondo donde hace crecer un billete. El Guy es el encargado de reunir a una serie de interesados, a los que previamente ha informado que en breves fechas llegara desde África un poderoso mago capaz de hacer crecer el dinero mediante las técnicas aprendidas de una sabiduría ancestral. Un buen día avisa de que el mago poderoso ha llegado a la ciudad y está dispuesto a efectuar una demostración para unos pocos elegidos, evidentemente los Mugus que ha captado. Con la parafernalia aconsejable para preparar todo proceso misterioso, el Oga revestido de mago desempaqueta cuidadosamente una caja, que explica ha sido fabricada según los dictados de sus ancestros con materiales previamente bendecidos por los dioses de los bosques africanos. Dentro, aclara, hay que mezclar sustancias naturales que combinadas de la manera que le han sido transmitida y junto al poder de la caja y las invocaciones mágicas en el lenguaje que entienden los dioses, duplican aquello que deseemos. Interviene de nuevo el Guy para explicar a los Mugus que el mago no tiene más interés económico que el de beneficiar a quien cree merecedor de ello (normalmente esta es una estafa para negros que son los que más creen en la magia). La demostración que está dispuesto a hacerles el Oga no tiene precio, nada les va a costar, sin embargo aquellos que a posteriori deseen ver crecer su dinero deberán pagar una módica cantidad para el mantenimiento del mago y la adquisición de las sustancias naturales necesarias que ya han sido mencionadas. Aclara con expresión triste (la falta de confianza en tan venerable mago siempre le entristece) para aquellos escépticos, que puedan pensar que si tan fácil es duplicar dinero porque va a ser necesario una aportación económica, que el mago tiene sus limitaciones. La magia ha sido transmitida por hombres sabios, por hombres básicamente buenos, y solo funciona cuando se trata de hacer el bien a un semejante que lo merezca y lo necesite.

La representación comienza.

-El Oga abre la caja, mira con intensidad al Guy y este sacando un billete del bolsillo lo deposita en el espacio de la caja que el Oga le indica (el mago no se va a ensuciar con el contacto del dinero, eso es algo que se ve con meridiana claridad, él es solo el transmisor de la sabiduría enfocada al bien), enseña que allí no hay nada más que el billete acabado de depositar y se retira respetuosamente a un rincón de la estancia, cediéndole al mago todo el protagonismo. La figura del hombre se acrecienta, parece agigantarse cuando revestido de los poderes de los ancestros se acerca a la caja. Con movimientos estudiados manipula brevemente, procura que en todo momento se vea con claridad que no hay más billetes que el puesto por el Guy. Cierra la caja y la deposita en el lugar de donde antes la ha sacado, baja la cabeza y parece permanecer en profunda meditación. El Guy impone con un movimiento de mano el silencio en la estancia. Al cabo de tres minutos informa de que el billete necesita estar tres días en la solución mágica, que durante estos tres días el mago rezará a las divinidades yorubas de forma que intercedan para llevar el proceso a buen término. A los tres días delante de los Mugus que han decidido invertir sus ahorros en un negocio tan excelente, el mago, después de una breve representación escénica (ya no es momento de tonterías, ahora de los que se trata es de que las victimas vean dinero) abre la caja, saca el billete que puso y que tiene una marca cualquiera que sirve para ser reconocido.

-¿Y?.

-¡Milagro! ¡Joder Atila! Este mago es formidable, es la polla. Acaba de sacar dos billetes y los muestra a los admirados imbéciles que están a punto de picar. El segundo billete tiene la misma marca que el original, gracias a la magia el original tiene un hermano gemelo. El Ogu hace una seña imperiosa al Guy, este recoge los dos billetes y los deposita con temor reverencial sobre la mesa, los señala con la mano e invita a los Mugus a que los examinen. Los billetes están ligeramente humedecidos (que las pociones mágicas mojan los sabe todo dios, no nos vamos a poner belicosos por eso, los billetes son sin ningún lugar a dudas dinero de curso legal, antes había uno y ahora hay dos). Y entonces hermano, llega el gran momento. Mientras el Ogu pasea una intensa mirada entre los impresionados, casi atemorizados Mugus, el Guy les aclara que solo hay un problema: los billetes se duplican en relación directa con la cantidad depositada, si pones un billete al cabo de tres días sacarás dos, si pones dos billetes al cabo de tres días sacarás cuatro, si pones mil billetes al cabo de tres días sacarás dos mil, y por supuesto, eso no hace falta decirlo si el billete es de quinientos euros sacaras otro de quinientos euros, no cabe esperar depositar billetes de cien y sacarlos de quinientos. La magia es así, que le vamos a hacer. Y los Mugus se venden a la suegra, a la esposa y al niño pequeño, que de todas maneras es un puto golfo bueno para nada, con tal de conseguir dinero, así pueden aportar un buen montón de billetes, cuantos más mejor. Previamente el Ogu y el Guy les han cobrado puntualmente la módica cantidad que el mago necesita para su mantenimiento vital y para adquirir los elementos naturales que necesita la magia para funcionar. Los muy hijos de puta no les perdonan ni siquiera eso. Dejando de lado que si pagas por algo es más fácil creer que ese algo existe. El resultado del proceso no es necesario aclararlo con detalle: el Guy, el Oga, la caja mágica y el dinero desaparecen. Punto.

Miré a mí alrededor con inusitada atención, trataba no de echarme a reír por segunda vez con las explicaciones de Paquete, en la primera ya había visto hasta que punto le disgustaba.

Verán, yo soy un escéptico, espero tan poco del ser humano que hasta en sus manifestaciones más lamentables, como la que me acababa de contar Paquete, soy capaz de encontrar ese rastro de humor que me libra de levantarme de la silla, dirigirme al más indefenso de los seres que esté a mi alrededor e inflarlo a hostias. Pero Paquete es otra cosa, cada minuto que pasaba en su compañía, escuchándolo, viendo las expresiones de su cara, lo tenía más claro: el tipo es un moralista, está convencido de que el mundo tiene arreglo si se somete a la disciplina necesaria. Y que esa disciplina justifica un buen montón de cosas. No podía reírme, me arriesgaba a perder a Paquete y la valiosa información que era capaz de suministrarme.

Así que seguí mirando a mí alrededor con inusitada atención.

Paquete vigilaba mi reacción, probablemente estaba adivinando lo que pasaba por mi mente, pero quería estar seguro antes de enfrentarse conmigo.

Conseguí una cara de asco bastante convincente.

Paquete se relajó.

Las tres jóvenes elegantes ya estaban sentadas en la mesa de los revolucionarios. Al estar pendiente de la explicación del ex policía no seguí el proceso con detalle, pero supuse que no variaría mucho del convencional en estos casos: una sonríe en dirección a la mesa vecina, se gira hacia sus amigas y cuchichea algo y se arregla el pelo, quizás buscan con la mirada un espejo donde comprobar si todo el armamento está en buen estado. En la mesa vecina también hay cuchicheo y sus ocupantes cuadran los hombros y ponen cara de estar de vuelta de cualquier manifestación humana y hasta divina (Dios no existe, al menos por ahora) antes de buscar una nueva sonrisa y corresponderla.

Paquete captó mi mirada y resumió a su manera la situación.

-Ya tienen las bragas húmedas, están encantadas con la certeza de que acaban de contactar con el mundo de la aventura y las grandes decisiones.

-Pero si no sabes de que están hablando esos chavales, al final va a resulta que lo único que tienes es envidia de su juventud.

-Eso también. Pero si sé de qué están hablando.

-Eres un pozo de sorpresas Paquete, ahora va a resulta que eres adivino.

-Y de los buenos, toma nota: están discutiendo acerca del agravio de la Historia, así con mayúsculas, en cuanto a corriente que guía el destino de los pueblos. Al mismo tiempo tratan de imaginarse a esos culitos sin bragas a la distancia conveniente para meterles mano como premisa necesaria y suficiente para intentar acometer un polvo apresurado al margen de la Historia.

Miré con curiosidad a Paquete, se expresaba como un profesor antes que como lo haría un madero

Él no dio muestras de reconocer mi mirada

-Pues parecen muy interesadas con las explicaciones, quizás hace unos años podía haberlo intentado en lugar de pasear como un imbécil por las discotecas.

-Tal vez, todo vale para echar un polvo, pero a mi no me preocupa tu vida sexual.

-Por ahí no tendremos problemas, Paquete, tu a mi tampoco me gustas.

-Deja de hacer el imbécil y fíjate en esas chavalas: alguna de ellas es posible que acabe tirando piedras a los escaparates o acampé en una protesta. El problema viene con la primera carga policial, están tan cagadas que ni siquiera son capaces de correr, los chavales que las han metido en esto ya están más acostumbrados y corren a la que huelen la primera porra. Luego, cuando las van a ver al hospital en lugar de bombones les traen las últimas consignas cicloestiladas y fanfarronean acerca de la resistencia que opusieron a los bestias de la policía.

-Bueno, un pelo bestias si sois,-Paquete aceptó la pertenencia al cuerpo sin rechistar, seguía siendo policía, lo sería toda su vida.

-Mira chaval, alguien tiene que poner orden. Si no les frenas, ellos por si mismos no se frenan. Recuerda que en el último festival que montaron no agredieron a los políticos, en la misma puerta del Parlament, porque allí había policías que se lo impidieron haciendo una barrera humana en cuanto empezaron los primeros empujones. Y te recuerdo que un empujón es un contacto agresivo de un ser humano dirigido a otro ser humano, o sea una agresión, y de esa agresión a otra mayor lo único que la separa es que alguien ponga orden. El policía está para eso para usar la fuerza cuando es necesario usarla y siempre siguiendo órdenes de sus superiores.

-Hombre, para algo más servirá.

-Básicamente no, para repartir comida entre los pobres están las O.N.G, para apagar fuegos los bomberos y para llevarte al hospital con música de fondo las ambulancias. Mientras el ser humano no alcance un estado superior de evolución necesita de alguien que lo controle, alguien que se ocupé de que no nos matemos los unos a los otros. O para decirlo de otro modo: para que los más malos no se carguen o abusen de los más indefensos.

Lo que acababa de decir aquel fulano me sonaba a conocido. Yo lo había pensado en más de una ocasión, especialmente después de usar la fuerza.

También en un par de entierros donde el muerto era mi amigo.

Traté de pensar en cualquier otra cosa.

-¿Y tú crees que el pecado de estas chiquillas, por ejemplo, es tan grave como para recibir una tunda de palos.

-No, o al menos en la mayoría de ocasiones no. Pero mira, en primer lugar en una carga policial bien hecha no hay una tunda de palos, hay un par de golpes de porra para cada invitado que no ha corrido a tiempo. Cuando la situación se complica, quien esté al mando de los antidisturbios dice “ahora” y el policía va, pega y se retira, se reagrupa y espera ordenes. Si todavía hay jaleo, vuelve a escuchar “ahora” y de nuevo va, pega y se reagrupa. Y así sucesivamente hasta que el que manda dice “a casa”. Cuando el policía recibe la orden de carga y va, pega y se retira lo hace cargado de adrenalina, y porqué vamos a esconderlo también cargado de miedo, ciego de adrenalina sería mejor decir y para resumir, y por su propia seguridad no tiene tiempo de escoger con exquisita educación a quien le suministra jarabe de estopa, carga contra una masa amorfa...

-Una reducción al…

-Cállate, coño. Te decía que en segundo lugar si esas chiquillas o los capullos de sus acompañantes, que, tienes razón, son los que en más de una ocasión reciben, están allí, en medio del jolgorio, es porqué les da la realísima gana. ¿Y sabes porqué son ellos los que normalmente reciben y no los que son realmente peligrosos?.

Negué con la cabeza, yo tenía mi propia opinión pero conocer la versión de un policía me parecía bien. Y aunque fuese por una vez estar de acuerdo con un policía podía resultar terapéutico.

-Pues porqué su fuerza de choque, que la tienen y muy bien organizada, actúa exactamente igual que la policía, va, pega y se retira, vuelve, pega y se reagrupa, escoge una fachada de banco, va, apedrea y se retira, les dirigen a una zona de containers, va, quema y se retira, ¿por qué cojones te crees tú que en cualquiera de las fiestas que montan esa panda de salvamundos hay policías que acaban en el hospital junto a los manifestantes, igual de heridos y golpeados que ellos?. Normalmente, en una manifestación seria, acaban en el hospital más policías que manifestantes. ¿Crees que han sido esas niñas que les han pegado, o les han besado tan fuerte que les han dejado heridos?. No me jodas hombre, han sido los que van, pegan y se retiran, igual que hacemos nosotros, es su policía aunque la llamen de otra manera. Y muchos de ellos cobran más que los compañeros del cuerpo. La diferencia es que a unos nos paga el gobierno y a los otros su partido político de referencia. Y para acabar con el tema: cuando un policía carga, se lanza contra bultos, no sabe cual de aquellos bultos es una niña indefensa, un idealista cojo o un fulano entrenado para enfrentarse a un policía equipado con porra y traje antidisturbios. No tiene tiempo para pararse a preguntar: ¿es usted buena gente, o me va a soltar un cadenazo en cuanto me descuide?. Esas son las cosas que no se ven en una instantánea de televisión y mucho menos en una fotografía, allí solo se ve la cara de susto de una de esas niñas que tienes ahí al lado, ahora están arrobadas escuchando a esa panda de revolucionarios de pega.

Paquete había dicho aquello para zanjar el tema, pero yo no lo quería dejar ahí.

-¿Quién les paga, dices?, -Paquete de nuevo se había olvidado que ya no formaba parte del cuerpo y usaba el plural. Yo, hasta aquel momento no había tenido la oportunidad de intercambiar ideas con un policía. En mis encuentros con la gente del orden, ellos preguntaban y yo respondía lo mejor que podía. Lo hacía en una sala diseñada para intimidar y con un fulano que estaba especializado en intimidar. En aquel momento estaba acabando de comer una quiche Lorraine y el fulano que tenía delante más que intimidarme (aunque lo pareciese, los gestos repetidos tardan mucho en desaparecer) lo que pretendía era que entendiese su forma de salvar el mundo, igual que harían los chavales de la mesa vecina. Era indudable que mi vida estaba mejorando y mi horizonte ampliándose, aunque estaba convencido que mis dudas seguirían sin resolverse.

Tampoco dudaba que cualquiera de los dos bandos si no era capaz de entender sus razones me inflaría a hostias con el mayor placer. Justo en aquel momento pensé que en el caso de que fueran los chavales quienes me dieran una tunda de palos podía ir a la policía y con suerte me ayudarían a recobrar algo de mi dignidad herida, en el caso de que fuese la policía quien me inflara a palos, si iba a reclamar a los chavales me regalarían un ejemplar manoseado del Libro Rojo de Mao y un manual que me contase la manera de fabricar un coctel Molotov. También comprobé que nunca había valorado la función terapéutica del lanzamiento de cócteles Molotov.

De repente pensé que a los cócteles Molotov y a la policía les podían dar por el culo.

Demasiados pensamientos para estar cenando.

Paquete seguía a lo suyo.

-¿Quien les paga?. Pues según quien te lo explique te dirá que les pagan los malos, según quien te dirá que lo hacen los buenos. Sea quien sea el que paga, cuando no es el gobierno, lo hace bajo mano y procurando que no sea público, algo que ya debería hacerte pensar. Yo tengo mi propia opinión y tú tendrás la tuya. Y según cual sea será mejor que no me la digas.

-¿Te puedo mandar a tomar por culo, por mucha razón que tengas?.

-No, espérate, ahora estoy caliente, tengo que recargar mi talante democrático, en este momento está en las últimas.

En la mesa vecina ellos y ellas habían pedido una nueva ronda de cervezas y reían encantados, los unos pavoneándose, las otras coqueteando con la Historia.

Paquete decidió que sería mejor salir a tomar el aire.

Estuve de acuerdo con él.

La camarera de la boca bonita llena de dientes feos nos sonrió sin el menor pudor y nos preguntó si el quiche Lorraine nos había gustado.

Le dijimos que mucho y su sonrisa se hizo más amplia.

Un verdadero horror su sonrisa.

Agradablemente horrorosa su sonrisa.

Injustamente fea, su sonrisa.

Simpáticamente estropeada su sonrisa.

Bueno, díganlo como quieran.

Antes de salir me giré para darle un último vistazo a la chica que cocinaba Quiches Lorraine. Tenía el culo mucho más bonito que los dientes.

La Naturaleza a la hora de repartir culos y dientes no acaba de ponerse de acuerdo.

Paquete me esperaba en la puerta, me miraba y movía la cabeza remedando la paciencia de un padre ante un hijo tonto.



















































TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE CATALUÑA 30/09/2011



Salvador Iborra, poeta valenciano residente en el barrio del Raval de Barcelona, a muerto asesinado a puñaladas, según testigos presenciales mientras rogaba a sus asesinos que no le matasen.

Snodi M. y Zacari Y.M, los presuntos asesinos, ciudadanos marroquíes con numerosos antecedentes por robo con violencia y residentes ilegales en el entresuelo primera del número doce de la calle Palma de Sant Just donde residía el poeta, al parecer se apropiaron de la bicicleta del fallecido y cuando este la reclamo se inició una discusión, en el transcurso de la cual se produjo el apuñalamiento.