jueves, 16 de marzo de 2017

CAPITULO SEXTO DE UNA CIUDAD CON QUINIENTAS MAFIAS

SEXTO

Maruchi me había dado las indicaciones para reunirme con Paquete. El ex policía nacional pasaba las tardes en un bar situado en la calle Riera Alta, acostumbraba a llegar sobre las cinco y se marchaba a lo más tardar a las ocho. Le reconocería por la chupa de cuero, al parecer era su símbolo de identidad, la vestía tanto en invierno como en verano, la de verano era más ligera pero la llevaba igualmente. Si tenía alguna duda el barman me lo señalaría.
No me sorprendió demasiado la descripción del atuendo del tal Paquete. Una chupa de cuero minimiza tanto el bulto de una pistola como el de una Biblia prendida a la cintura. Y a juzgar por la historia que me había contado Maruchi, la pistola la necesitaba. A lo largo de su carrera habría hecho un buen número de amigos.
Respecto a la necesidad que pudiese tener de una Biblia tenía serias dudas.
El bar situado en la calle Riera Alta, visto desde el exterior daba la impresión de ser algo siniestro. Una vez dentro sentías el deseo de echar a correr. El serrín repartido a pie de barra y a lo largo de ella era con toda evidencia el substituto de una escupidera, aunque nadie daba la impresión de echarla a faltar. Sentado a una mesa del fondo del local, desde donde se podía controlar con claridad y sin esfuerzo la puerta de entrada, estaba sentado un tipo que vestía una cazadora ligera de gamuza de color canela. Cuando entré no levantó la vista del diario que estaba leyendo, pero tuve la certeza de que mi presencia no le había pasado inadvertida. Conforme me acercaba iba calculándole la edad: estaba entre los cincuenta y los sesenta. Un poco más tarde, cuando le miré a los ojos, pensé que no se podía descartar que tuviese ciento veinte años de dura vida.
Hay muchas maneras de vivir los años.
Frente al hombre un vaso vacío esperaba que alguien se apiadase de él. Un cenicero de metal amarillo, con la marca de una bebida alcohólica impresa en letras rojas, mostraba un par de colillas antiguas y una que aun humeaba.
-¿Paquete?, -pregunté cuando estuve frente a él.
-¿Nos conocemos?.
-Amigos comunes.
-Ya, Maruchi.
-Si, soy Atila.
-Siéntate, Atila.
Cuando me senté observé la posición de su pie, estaba apoyado en la mesa de forma que si hubiese detectado un movimiento sospechoso por mi parte, la habría empujado con fuerza sobre mi cuerpo. Yo he usado el truco en un par de ocasiones.
Mientras no te salgan de las sombras, como hizo Ayoub, puede funcionar.
Siempre es mejor que permitir que te peguen un tiro sin hacer nada para impedirlo.
Él se dio cuenta de que la posición de su pie sobre la mesa no me había pasado inadvertida y se permitió una ligera sonrisa. La gente que comparte costumbres está cerca de compartir también amistades o al menos enemigos.
En nuestro caso Maruchi La Desdentá.
Me pregunté si a él también le cobraría
-¿Quieres beber algo?,-`preguntó el amigo de Maruchi.
-¿Tú que bebes?.
-Cicuta.
-Bueno, pues eso,- de nuevo la sombra de una sonrisa curvó sus labios pero no dijo nada, solo levantó la mano en dirección a la barra, mostrando dos dedos. Al cabo de un momento, un camarero que a juzgar por su aspecto debía ser quien recogía el serrín, trajo un vaso y lo depositó frente a mí.
Recé para que al recoger el serrín usara una pala.
Bebí un sobo de la bebida. Probablemente no era cicuta, pero mucho mejor no me sentaría. Añoré el Vat 69 del paki de la esquina. Ni me atrevía a pensar en la botella de Lagavulin dieciséis años que me esperaba en casa. Me hubiese puesto a llorar.
Y los tipos duros no lloran delante de otros de su mismo pelaje.
Se te comen.
-¿Y qué quieres de mi, Atila?.
-Información sobre las mafias que operan en Barcelona.
-¿Llevas un grabador encima?.
-No soy un periodista de salón, Paquete.
-Repetiré la pregunta ¿llevas un grabador encima?.
-No, no llevo un grabador encima.
-Eso está bien, ¿piensas poner por escrito en algún sitio lo que te cuente y citar las fuentes?.
-Es posible que tenga que presentar un informe a mi cliente pero no tengo necesidad de citar fuentes, ni siquiera de contar la mayor parte de lo que me cuentes, supongo.
-¿Quién es tú cliente?.
-Si sigues haciendo preguntas te pasaré factura,-sonreí para que viera que estaba bromeando.
-Claro hombre, pasa factura ¿quién es tu cliente?.
-No debería decírtelo.
-Tranquilo, puedes levantarte y largarte. Ni siquiera hace falta que pases por la barra a pagar, eres mi invitado.
-Si no hay nombre no hay información, ¿no es eso?.
-Chico, tú tienes estudios.
-Fausto Baliarda.
-Ya, no le conozco.
No me lo creí, me encogí de hombros para que se diese cuenta y esperé.
Su expresión me explicaba lo poco que le importaba si yo me lo creía o me lo dejaba de creer. Bebió un sorbo corto de su vaso, repiqueteó ligeramente con los dedos sobre la mesa y comenzó a hablar con un tono de voz monótono, casi doctoral.
-Dicen que en Barcelona operan más de quinientas mafias,-dijo el ex policía y en su expresión se reflejó una mezcla de desilusión y añoranza,-pero no es cierto. Muchas de esas mafias no son más que grupos relativamente organizados de delincuentes de diversas nacionalidades, que aunque no merezcan el nombre de mafia pueden ser activos y peligrosos. Eventualmente pueden tener algún contacto con una mafia real, pero al contrario de ellas, si les pegas un tiro se acabó, muerto el perro se acabó la rabia, en una mafia de verdad matas a un perro y ya tienes a la jauría husmeando tu rastro. Y por una cuestión de prestigio vendrán a buscarte. Una mafia es tentacular y tiene muchas maneras de defenderse, los grupos de delincuentes a los que me refiero son como esos gusanos blandos de color rosado que salen después de una lluvia intensa por las zonas fangosas, si les echas sal encima se retuercen y mueren. Otro día, con otras lluvias, otros gusanos circularan por el mismo barro, pero no tendrán ninguna conexión con los que te cargaste, salen por el simple hecho de que hay barro, que es su hábitat natural. Son malhechores que sobreviven gracias a una justicia blanda, burocratizada, poco operativa, una justicia como la nuestra. Te puedo poner un ejemplo para que me sigas: esas familias de peruanos que operan en las autopistas desvalijando coches de turistas en las áreas de servicios o haciéndoles parar en medio de la autopista con cualquier excusa, -que tienen una rueda desinflada o cualquier otra historia-, no es una mafia por mucho que les llamen así. Les detenemos cada dos por tres –al decir “detenemos” apretó los labios en un gesto que expresaba dolor- y siempre son los mismos. Y si están en la calle es por lo que te decía antes, no les ha defendido una organización mafiosa, es debido a que nuestro sistema judicial es una mierda, protege los derechos del delincuente y deja desprotegida a la victima.
-Da la impresión de que no confías mucho en nuestra policía.
-No confío nada en nuestros jueces, ellos maniatan a la policía, y aun confío menos en nuestros políticos, ellos maniatan a nuestros jueces. A los pocos que no están al servicio del partido que en cada momento gobierne, me refiero. Un juez verdaderamente independiente es tan raro como un gato verde. Si quieres te lo cuento de otra manera, en este país cada uno va a lo suyo y la justicia se va a tomar por culo. Y no solo es una cuestión de corrupción política, la gente que legisla sabe desde siempre que el ser humano abusa del poder, no importa como lo haya conseguido, así que para evitar ese abuso crea unas leyes que en primer lugar defiende al débil. Y el débil es el delincuente.
-¿Como?.
-Claro hombre, frente a la sociedad, frente a la policía, frente a todo el aparato del estado, el débil es quien se les opone. Por tanto las leyes, de ese mismo estado al que se oponen, es a ellos a quien primero tienden a proteger. Claro que cuando un macarra te pega un navajazo o un chorizo te pone una pistola en las narices y te roba, o cuando un marrano viola a una mujer en un descampado, el débil eres tú, pero en teoría ya se encargará la ley de él. Esa misma ley que le protege de la fuerza desmesurada de la sociedad. Y el delincuente se aprovecha de ello, -la expresión reconcentrada de Paquete decía bien a las claras que aquel discurso rondaba con frecuencia por su cerebro, probablemente quitándole el sueño más de una noche y la paz de espíritu la mayor parte de sus días.
-Vamos a seguir con las mafias, Paquete, ni la política, ni la filosofía a mi cliente creo que le interese,-lo decía absolutamente en serio, hay cuestiones en las que prefiero no pensar.
-A mi tampoco me interesas tú y sin embargo estoy dispuesto a facilitarte la información que quieres. Por lo tanto si me da por soltarte un rollo que se aparta un poco de la cuestión, haz cuenta de que es una especie de contribución a la mejora de mi salud mental.
Levanté la mano en señal de paz, en realidad aquello lo hubiese dicho yo de estar en su lugar.
Y Paquete continuó hablando.
-No nos habíamos apartado mucho del asunto que te interesa, no creas, de cualquier manera sigo: mafias conformadas como tales en España hay bastantes. Incluso hay alguna que no opera por intereses económicos que por supuesto es lo más común.
-¿Y que buscan?.
-Servir a su ideología.
-¿Qué?.
-Tu vives en el Raval, ¿no te ha extrañado nunca que a tantos árabes les roben el pasaporte?.
-No, no me ha extrañado, viven mezclados con gente que roba lo que le viene a mano y no importa si son árabes o escandinavos.
-Ya, y ¿de donde crees que saca los pasaportes “legales” Al Qaeda?. Roban pasaportes por todo el mundo a la gente de su raza. Y créeme, el Raval es un lugar estupendo para recolectar pasaportes. Los pasaportes robados son mejor que los falsificados y a un árabe no le sirve el pasaporte robado a un escandinavo, por tanto se lo roban a un paisano.
-Si, ya veo. Y supongo que El Raval es un buen lugar para robar pasaportes árabes.
-Lo es, aunque te arriesgas a que el pasaporte robado sea falso.
-Ya. ¿Consideras a Al Qaeda una mafia?.
-Si, a su manera lo es: se divide en familias aunque les llamen de otra manera, tienen la capacidad para intimidar e influir en la política de sus países, basa su actuación en la violencia, maneja enormes cantidades de dinero, trabaja con expertos financieros, abogados, corrompe políticos. En lo único que se diferencia de las mafias conocidas tradicionales es que su fin último es ideológico, o si lo prefieres religioso. Al menos de momento, aunque también podríamos decir que la religión es su herramienta de trabajo más poderosa, pero esto de Al Qaeda es un terreno muy resbaladizo y no es el que más te interesa a ti, así que vamos a dejarlo.
-Nunca lo había visto así, pero…
-Vamos a dejar de lado también a los políticos: lo suyo, aunque en ocasiones tome tintes mafiosos, lo podríamos enfocar más bien como una cuestión corporativa.
-¿Corporativa?.
-Si hombre, si cuando tú estás en el poder me proteges de mis choriceos, yo te taparé a ti cuando la tortilla haya dado la vuelta, siempre que eso no colabore a dar la vuelta al proceso electoral, en ese caso ya tendremos que ponernos de color de padre. El proceso delictivo de los políticos está enfocado a conseguir poder, lo que en el fondo representa dinero, en este sentido no se diferencian demasiado de los traficantes de droga o los tratantes de putas. La diferencia, si tienes ganas de encontrar una, es que el mundo necesita de alguien que ordene y negocie los tratados entre grupos que necesitamos para vivir. Desde tiempos inmemoriales en el mundo han existido políticos, guerreros y el resto. Desgraciadamente, la gente de a pie, necesitamos de ambos colectivos
- Ya veo, los políticos mandan, los guerreros pegan y todos los demás recibimos.
-Acabaras aprobando el curso.
-Paquete, a ti y a mi nos van a meter en la cárcel.
-¿No has estado nunca en la cárcel?.
-No, no he pasado nunca del calabozo de comisaría.
-¿Lo pasaste bien?.
-Tuve suerte, un fulano con pinta de mala gente me dijo que le gustaba mi reloj, que se lo diese y luego ya veríamos.
-¿Se conformó con el reloj?.
-Se conformó con tres hostias, una brecha en la cabeza y un diente menos.
-¿Había alguien más en la celda?.
-Si, un pobre loco que al empezar la refriega se puso a aullar en sordina.
-¿Qué te dijo el compañero que vigilaba por allí al escuchar el follón?.
-Preguntó si aquel tipo se había caído, le dije que si, y se lo llevaron. Luego volvió, me ordenó que le enseñase las manos. Se las enseñé, la derecha la tenía despellejada. La miró y me dijo que aquello se curaba solo, que no era necesario buscarse líos con médicos e informes, y que al fin y al cabo me iban a soltar en un par de horas.
-Es una historia bonita, muy edificante.
-Tengo más de una así, supongo que lo mío es mala suerte al elegir mis amistades.
-No te preocupes, es un virus, ¿continuamos con las mafias?.
-Por favor.
-Según una estadística publicada últimamente, un porcentaje muy importante de los delitos que se cometen en España, incluyendo delitos mayores y menores, son cosa de rumanos.
-¡No me jodas!, si que son trabajadores, yo les consideraba unos chorizos de tres al cuarto, vendedores de mecheros y tocadores de acordeón en el Metro.
-Eso es para crear un decorado conveniente que tape lo que realmente da dinero, no te das cuenta de que apenas tienen interés en la pobre recaudación que pueden conseguir.
-Ahora que lo dices…
-No te puedes hacer una idea de lo que les gusta el trabajo, controlan el sesenta por ciento de la prostitución en nuestro país, son sin la menor duda los principales tratantes de putas…
-Lo dices como si las putas fuesen caballos.
-Para mi no, para ellos si.
-¿Estamos hablando de trata de blancas?.
-Solo en un pequeño porcentaje, echándole cinismo al asunto podríamos decir que en la mayoría de los casos se trata de desajustes laborales. Básicamente las mujeres que se prostituyen en España controladas por los clanes rumanos ya son putas en Rumania. Las reclutan allí prometiéndoles ganancias fabulosas en el mundo del Euro, les aseguran que si vienen a trabajar a España de su mano ganaran una pasta gansa, les hacen los números, por cada polvo tantos euros, por cada mamada tantos euros, les cuentan que España es un país de gente reprimida que se pasa todo el día gastando montones de dinero en putas. La historia escrita por los tratantes de carne rumanos dice que los españoles somos una manga de cabrones a los que nos sobra el dinero para compensar que no tenemos energía ni para meneárnosla. Eso para una puta es como el canto de todos los ángeles del cielo, la filarmónica celestial interpretando baladas de los Carpatos mientras ellas se malfollan a un tipo más caliente que el mango de una sartén. Les dicen: tú te llevarás el cincuenta por ciento de toda esta pasta, nosotros te daremos casa, protección, lo que necesites. Y ellas pican y aceptan encantadas, van a dejar a esos gilipollas de españoles mal follados sin un euro. Las traen desde Rumania en furgonetas de la organización, como si fuesen ganado. Y la realidad es que en cuanto llegan aquí lo son. Lo que les dan en lugar de un adelanto para que inicien su fortuna es una buena mano de hostias, les dicen que han contraído una deuda que oscila entre los tres mil y los cinco mil euros y que no cobraran un chavo hasta que hayan cubierto la deuda. Así que a callar, al polígono industrial medio desnudas por frío que haga, -al fin y al cabo comparado con el suyo nuestro clima es Hawai- y a mover el culo. Les ponen un cupo de servicios al día que pueden llegar a los doce.
-¿Y cuando han cubierto la deuda?.
-Pues otra buena mano de hostias y las venden a otra organización. Van pasando de mano en mano hasta que a ellos les da la gana. Alguna de ellas se queda en la organización como gancho, como controller o si es muy buena puede pasar a una casa más o menos de lujo, aunque lo cierto es que no acostumbran a pasar del club de carretera. Claro que siempre es mejor eso que el polígono industrial o una esquina de la calle San Ramón en el Raval o la calle de La Montera de Madrid.
-Se habla de mujeres que nunca se han dedicado a la prostitución ni tenían intención de hacerlo, tú lo has definido como un problema laboral por sucio que sea.
-Si, también se da, sobre todo en chicas muy jóvenes, las pueden captar en pueblos muy pobres de ámbito rural, en Rumania, quizás la propia familia tenga algo que ver, eso ya es más difícil de comprobar, también las reclutan en centros de acogida en España. Pero no es, con mucho, el grueso del negocio, no lo es por razones lógicas.
-¿Por razones lógicas?, dices.
-Claro hombre, no seas inocente. Para putañear por la calle o por la carretera ¿quien te parece que va a rendir más?, olvídate de millonarios caprichosos enamorándose de una puta jovencilla que aun no ha aprendido a sonarse los mocos. Si has visto Pretty Woman olvídala, estamos hablando de la vida real. -Dime una cosa: si tuvieses una carnicería y necesitases una dependienta, ¿qué harías, irías a buscarla a la carnicería vecina ofreciéndole mejor sueldo o secuestrarías a una directora de Marketing y le pondrías una pistola en la sien obligándola a cortar carne todo el día para que no le pegues un tiro?, ¿quién crees que te daría más rendimiento?.
-La carnicera de la esquina, supongo.
-Pues claro, la carnicera de la esquina y además sin problemas legales. La directora de Marketing en un descuido se te escapa y te monta un cirio que por mucho que nuestra justicia sea como es nunca será deseable para el delincuente.
-¿Cuándo hablas de menores, a que edad te refieres?.
-Entre quince y diecisiete años, nunca menores de quince años.
-¿Por qué nunca menores de quince años?. No me digas que les parece poco ético.
-Que ética ni que leches. A ellos les da lo mismo que un energúmeno de polla desproporcionada se folle a una chiquilla de once años, mientras pague. Su problema en este caso es que la ley española considera que la relación sexual con una menor de quince años es una violación. Si es mayor de dieciocho y la relación es consentida, y con una puta la relación lo es, excepto unas pocas deshonrosas excepciones, esa relación la ley la considera comercio carnal lícito. Entonces nos queda esa franja de edad entre los quince y los dieciocho años, ahí la ley considera que se trata de un delito de corrupción de menores.
-¿Y?.
-Es suficiente para que el proxeneta vaya a la cárcel, pero en la mayoría de los casos no va.
-¿Por qué?.
- En resumen debido a que la ley española es blanda como la teta de una monja de ochenta y cinco años. Aunque si quieres más razones, podemos apuntar que la chiquilla, presionada, asustada, amenazada con represalias a sus familiares ayuda a su proxeneta. Tampoco es descartable que determinadas asociaciones de ayuda al inmigrante monten la de Dios es Cristo para conseguir no sé que coño de la Administración y acusen a la policía de racismo. No olvides que estamos hablando de ciudadanos extranjeros, aunque si hemos de ser sinceros tienden más a ayudar a la victima directa, por mucho que no lo sea, que al instigador que es mucho más culpable. Lo contrario, como te he dicho obedece a razones más cercanas a la política que a su razón de existir, totalmente loable. En según que casos hasta nos hemos tenido que enfrentar a las protestas del Consulado rumano, al cual por cierto sus paisanos se la traen al pairo, pero una buena protesta en un momento adecuado siempre rinde beneficios políticos. No podemos olvidar que los abogados de los acusados, -que los tienen porque ahora si que estamos hablando de una mafia poderosa-, consiguen enmarañar a la justicia paseándose por alguno de los muchos agujeros que a modo de queso de gruyere tiene el sistema jurídico español y especialmente la forma de aplicarlo. Los abogados criminalistas son la sarna de la policía, te cae uno encima y estás jodido, ya puedes estar seguro que no pararas de rascarte en lo que te queda de vida, juegan con tus nervios, hacen con ellos una bola y la usan en sus partidos de golf, estas desquiciado cuando acaban contigo, especialmente porqué sabes que al final conseguirán librar de la cárcel a un hijo de puta que te has pasado persiguiendo, incluso jugándote la vida, durante meses, incluso años.
-Bueno, en alguna ocasión libraran de la cárcel a algún inocente.
-Claro, y de vez en cuando a alguien le toca la lotería o la mujer a la que deseas se te insinúa, pero no puedes ir por la vida pensando que te va a suceder.
-Ya decía yo que algo fallaba en mi vida.
-¿Quieres que continúe o prefieres que sigamos dándole a las chorradas de salón.
-No, sigamos con las putas.
-De acuerdo. Aunque lo que te voy a decir ahora queda muy feo y poco caritativo, no es descartable que la puta no quiera dejar esa forma de vida, porqué le gusta o porque la han enganchado a las drogas y su esclavitud es una manera de conseguir su dosis de mantenimiento. Total que la puta menor de edad, después de una temporada de descanso en un centro de acogida saldrá de nuevo a la calle y el proxeneta, que ya la espera, en muchas ocasiones en la misma puerta del Centro de Acogida, la seguirá explotando con su aquiescencia o sin ella. Aunque lo más fácil, por más seguro, es que la venda a otra mafia y le cambien el lugar de trabajo.
-No por su seguridad si no por la de su chulo.
Muy bien, vas aprendiendo, sigue así y al final de curso te apruebo.
-¿Y no hay un seguimiento de esta chica por parte de las autoridades, del centro que la ha acogido? Supongo que para eso está la asistencia social.
-Si, pero no puedes hacer un seguimiento de alguien que ha desaparecido, por eso te he dicho que es más seguro cambiarle el lugar de trabajo. Y si preguntas a su entorno, el cual estará controlado por la propia mafia, te dirá que la chica ha regresado a Rumania.
-Paquete, lo que me cuentas es real o es tu propia versión.
-Mi propia versión, por supuesto, exagerada adrede para ti, para que esta noche, cuando quieras soñar con la mamá de Bambi se te aparezcan esas pobres criaturas y no puedas dormir. Pero te doy el remedio, solo tienes que pensar que la realidad es la del director y guionista de Pretty Woman, ya te lo he dicho antes, ¿a que estaban maravillosos Richard Gere y Julia Roberts?.
-Si, yo la veo cada fin de semana.
-Yo también. Y ¿sabes que es lo más jodido de todo este podrido asunto?.
-A mi todo me parece jodido.
-La ignorancia del ciudadano.
-¿Que tiene que ver la ignorancia del ciudadano con las putas y sus proxenetas.
-Tiene que ver, quizás no haya una relación directa y evidente entre la mendicidad y el control de la prostitución y sus consecuencias, pero estamos convencidos de que la legión de rumanos que practican la mendicidad por nuestras calles forma parte de la misma mafia que explota sexualmente a mujeres y trafica con droga. No nos cabe la menor duda de que los mendicantes forman parte de una mafia, no podemos asegurar que sea la misma, cierto, pero todo indica que si lo es. Así que cada vez que un alma caritativa da una limosna a una gitana rumana –quien por cierto, si puede, al menor descuido le robara el monedero y hasta el alma-, está reforzando el sistema financiero de una mafia mayor que trafica con mujeres, con drogas y convive con otras mafias.
-Paquete, creo que no hay la menor duda acerca del enorme volumen de dinero que puede mover la gestión de la prostitución en las grandes ciudades, tampoco acerca de la que mueve la droga, pero ¿la mendicidad?. ¿Quieres decir que no tienes algo personal con el pueblo rumano?.
-No, en absoluto, ¿por qué lo iba a tener?.
-Vete a saber, pero Rumania es un país pobre, tiene una capacidad de relación con el resto del mundo, que siendo optimistas podríamos calificar de lamentable, las grandes mafias son organizaciones poderosas, no veo a Rumania generando ese tipo de organización.
No se lo dije a él, pero Paquete comenzaba a parecerme un tipo resentido y afectado por una paranoia galopante. No dudaba de que sus conocimientos al respecto de las mafias superaba con creces al mío, que si he de ser sincero era cercano a cero, sin embargo cualquier conocimiento puede verse alterado por factores externos, sin dejar de ser conocimiento.
Y la locura es un factor externo importante.
La xenofobia galopante, también.
Paquete debía ser adivino, paró de hablar, me dirigió una mirada que oscilaba entre la resignación y el cabreo, dio la impresión de estar decidiendo que era lo mejor que podía hacer conmigo y finalmente retomó el hilo de la conversación.
-Mira hijo, no soy etnólogo, lo mío es perseguir a delincuentes sin pensar si son chinos, rumanos, peruanos, moros, senegaleses o naturales de Badajoz. Me entero de donde vienen cuando ya los he trincado, no escojo la etnia para perseguirlos, voy detrás del delito. Yo no hago las estadísticas que muestran que determinada etnia residente en nuestro país engrosa de forma exagerada la población delincuente y reclusa. No juzgo a determinado colectivo. No dudo que en Rumania o en Madagascar hay gente de bien, ni siquiera dudo que, en nuestro país hay montones de rumanos decentísimos o marroquíes cristianos, lo que te aseguro es que una parte muy importante de los delitos cometidos en España son achacables a mafias rumanas. No estoy loco, no soy racista, soy policía.
-No he dicho nada de eso.
-No, solo lo estabas pensando. Ahora te voy a dar algún dato, ¿aprobaste el bachillerato?.
-Claro, a la mala vida me dediqué algo más tarde.
-Y no se te han olvidado las cuatro reglas, ¿cierto?.
-Déjate de chorradas, Paquete.
-Chorra lo será tu madre, cállate y escucha. Recuerdas a los primeros mendicantes rumanos: se sentaban en el suelo, embozados como un espía medieval, normalmente con un bocadillo, escondido entre los harapos, que comían a grandes bocados cuando creían que no les veían. Hacían gala de mocos colgantes, cuando pasaba un transeúnte tendían al mano y largaban un lamento inarticulado “Aaaaaaaah, aaaaaaaaah” como si ya no les quedasen fuerzas para decir nada más. Si oías ese lamento en uno ya lo habías oído en todos, era idéntico, tenía su marca de fabrica, estaba patentado y registrado, pensado y organizado para lograr la mayor eficiencia. Durante años hemos escuchado este lamento en el metro, en la puerta de supermercados, esquinas de tráfico abundante, en cualquier lugar donde pasara gente dispuesta a soltar unas monedas. Lo han usado hasta que ha dejado de ser eficiente, la gente ya no se cree el lastimero “Aaaaaaah”, ahora los ves en los mismos sitios, la misma mano tendida, pero ya se han deshecho del embozo que les identificaba como gitanos rumanos, ahora una mujer o un hombre (antes eran solo mujeres) cuando pasas cerca suyo te saludan con un amable “hola” o “buenos días” al tiempo que tienden la mano para recibir el dinero. En el metro todos, sin excepción usan el mismo cántico y con la misma entonación: “siñora, siñorite, por favor, sono un povereto da la Romania, no teño comida, teño ninio, no teño pañales, pooooo favor”. Lo curioso del caso es que han cambiado la estrategia todos en bloque, no uno más espabilado o más innovador, no, todos en bloque, son las órdenes que reciben de Dirección Comercial por decirlo así. Si comprueban que el nuevo sistema es mejor que el anterior lo incluirán en el libro de procedimientos. Es una mafia perfectamente organizada, con sus conductores, sus técnicas de cultivo de limosnas, sus cuotas de venta. Piden y roban. Los más cualificados para el robo, roban, los menos piden limosna, los que no dan suficiente pena o no tienen aptitudes para el robo, venden mecheros, cantan o hacen sonar un acordeón, lo que sea, una mafia no acepta parados, se tiene que ganar la jubilación. Otra cosa es que la reciban, aunque eso a nosotros nos tendría que dejar indiferentes. Al principio, recuérdalo, las gitanas rumanas más jóvenes se paseaban entre las mesas de las terrazas de las cafeterías, llevaban en la mano La Farola, el periódico del mendicante, se acercaban a la mesa donde alguien había dejado el teléfono móvil que acababa de usar o el billetero, lanzaba su lamento lastimero al tiempo que dejaba La Farola sobre el teléfono y tendía la mano para recibir la limosna. Cuando levantaban el periódico para marcharse, hubiesen recibido o no la limosna, se llevaban diario y teléfono o billetero, y si en lugar de teléfono o billetero sobre la mesa había cualquier otra cosa de valor no le hacían ascos. Usaron este modus operandi hasta que la gran mayoría de la gente ya estaba avisada y en cuanto las veía llegar comprobaban que su teléfono estuviese bien guardado y sobre la mesa solo reposara el vaso de agua tónica. Se lanzaron entonces sobre las terrazas donde solo había guiris que no las conocían, el sistema duró hasta que los camareros no las dejaron acercarse. Y entonces dejaron de usar el método. Pero todas de golpe, porqué las órdenes ya no eran esas, el nivel de ingresos hora había bajado, ya no era rentable. Es una organización jerárquica y eficiente. Nuestro país está sumido en una crisis que posiblemente aun durará unos años, solo con que tengas un cierto poder de observación podrás comprobar que la mayor parte de los mendicantes rumanos se han esfumado, quedan los que se dedican al negocio serio: putas, droga, robos al por mayor de instalaciones de cobre, porque por mucha crisis que haya eso seguirá siendo negocio. También queda el reten de guardia que sirve de coreografía, pero aquellas nubes de mendicantes que aparecian por todas partes ha disminuido.
Recordé la terraza del Zurich, camareros espantando gitanas, la acera de la Plaza Cataluña a la altura del Rock Café, guiris rodeados de gitanas rumanas persiguiéndolos con la mano tendida, componiendo en una coreografía zafia.
Paquete seguía hablando.
-En otro sentido son capaces de desplazarse a cualquier ciudad importante del mundo, siempre a un país con alto nivel de vida, al otro lado del Atlántico si es necesario. ¿Quién les paga el viaje?. A una compañía aérea no le pueden gemir “Aaaaaaaaaah” y esperar que les regale el billete a Sao Paulo, así que pagan los billetes. Y se desplazan por centenares, eso cuesta una fortuna. Pero es una buena inversión, te lo aseguró, ¿quién paga la inversión? Si ellos son, como nos hacen creer, pobres de solemnidad que no tienen que comer, que duermen en el suelo y no tienen pañales para el “ninio”, porque son “poveretos da la romanía”, ¿quién paga la inversión”. El gobierno rumano está encantado de que se larguen a cualquier lugar del mundo, no tenerlos allí ya es suficiente descanso. Pero la generosidad del gobierno rumano no llega a sufragarles el viaje porqué de cualquier forma regresan y no lo hacen para establecerse como comerciantes o trabajadores por cuenta propia, seguirán mendicando, lo llevan haciendo durante siglos, no saben ni quieren hacer otra cosa. ¿Quién asume pues el papel de banquero para esa gente?.
Empezaba a pensar que si Paquete era un loco paranoico, en todo caso era un paranoico muy lucido. De acuerdo que los paranoicos acostumbran a ser gente lúcida, pero a mi nunca me ha molestado la lucidez, así que decidí seguir escuchando.
-La mafia, hijo, la mafia. Pues ahora empieza a refrescar los conocimientos de matemáticas que te enseñaron en la escuela, porque vamos a hablar de dinero.
Era la segunda vez que Paquete me llamaba hijo, nuestra edad no difería en tantos años para justificar el apelativo, lo que hacía era decirme que, en la materia que debatíamos, él era quien sabía y por tanto quien mandaba. Yo debía escuchar y callar.
Y si lo pensaba bien, me convenía.
-Lo qué tu digas, amigo.
-No soy tu amigo, Atila, experimento una profunda humanofobia y la gente como tú que sin saber de que va la historia tiene profundas convicciones, me la agrava.
Me mantuve en silencio, aclararle a aquel tipo, rasposo como la lava, que mis convicciones acerca de la bondad del ser humano ya estaban profunda y suficientemente depauperadas sin necesidad de su discurso, me pareció poco interesante.
Él seguía hablando.
-Pero te voy a dar una información para que el día que no puedas dormir pienses en ella. Las mafias, al contrario de lo que cree mucha gente no florecen en medio de la riqueza para aprovecharse de ella, florecen en el descontrol creado por la miseria, así que cuanto más miserable y poco estructurado sea el país, mayor es la posibilidad de que genere una mafia robusta. Y si el descontrol es suficientemente importante el propio estado puede convertirse en una mafia, o en el mejor de los casos en un importante colaborador de la mafia que de una manera o de otra crea riqueza.
-¿Me estás diciendo que la mafia puede ser la solución de un país en crisis?.
-Puede parecerlo, pero no lo es, la riqueza creada por una mafia nunca tiene una distribución deseable y se sostiene con abusos, asesinatos y más descontrol. El problema es que cuando una mafia ha arraigado en un país pobre erradicarla es casi imposible. Es la mafia quien tiene el dinero y la organización y al no verse en la obligación de atenerse a más ley que a la que le conviene en cada momento tienen una capacidad de maniobra muy superior a las fuerzas policiales.
-¿También superior a la de jueces y magistrados?.
-Tienen el dinero suficiente para comprar a una buena cantidad de ellos. Y no me preguntes acerca de los políticos, la respuesta es que también.
-Supongo que no descartas que compre a policías.
-Son a los primeros que compran, manzanas podridas las hay en todos los cestos.
Decidí cambiar el rumbo de la conversación aunque fuera por unos momentos.
-Disculpa Paquete, ¿tú siempre bebes cicuta?.
-No, solo cuando tengo invitados.
-¿Puedo invitarte a un whisky?.
-No me voy a ofender si lo haces.
Me levanté para ir a la barra a pedir los whiskies, el paseo me sirvió para oxigenar mis recalentadas meninges, empezaba a estar mareado. Y la fiesta no había hecho más que empezar.
En la barra el camarero de aspecto ruin que nos había servido la cicuta se había desplazado hacia un extremo y mantenía un conciliábulo con un descendiente de Jack el Destripador que parecía hacerle proposiciones irrechazables, a juzgar por sus gestos de asentimiento. Su lugar, detrás del mostrador, lo ocupaba una adolescente de desarrollo físico prematuro y muchos años vividos en pocos meses, que me preguntó que deseaba como si fuese capaz de satisfacer todos mis deseos.
Pedí dos whiskys sin hielo.
Estudió un momento la hilera de botellas, escogió una de Cutty Shark y escanció dos vasos largos. Los puso frente a mí mirándome directamente a los ojos.
-¿Así está bien?,-preguntó.
-Por hoy si,-le respondí. Nunca se sabe cuando vas a necesitar meterte en un lío, así que nunca digas de esta agua no beberé ni este cura no es mi padre.
Y aquella ninfa parecía capaz de buscarte uno de los buenos.














NOTICIA APARECIDA EN EL TELETEXTO DE TVE LOS DÍAS 3/11/2012

La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido en los últimos cinco meses, en la denominada “Operación Indalo 2012” a treinta y cinco responsables de introducir inmigrantes por las costas españolas y han rescatado a dos mil doscientas cuarenta y tres personas victimas de redes mafiosas.
En la misma operación han sido también arrestados ochenta y cuatro presuntos narcotraficantes a los que se han incautado treinta mil trescientos sesenta y ocho kilos de hachis.
En relación con el tráfico de drogas se han intervenido treinta y dos embarcaciones, once vehiculos, teinta y seis motores, nueve motos náuticas y dos tractores.





















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